Por fin, tras una semana mareando la perdiz, hoy la fachada del Ayuntamiento de Santa Coloma de Farners (Gerona) ha amanecido sin «estelada». Desconocemos si la ha retirado el alcalde (ERC), presunto sedicente golpista, demorándose en el cumplimiento de su obligación de hacerlo en 24 horas tras la resolución de la Junta Electoral, o si la ha retirado la fuerza pública.

El pasado jueves hemos denunciado ante la Fiscalía su desobediencia antidemocrática sediciosa golpista y racista, como también la del alcalde de Celrà (CUP), quien alardeó en varios medios de comunicación nacionalistas de que no la había retirado él sino, posiblemente, la policía autonómica.

Con éste ya van tres ayuntamientos libres de banderas «ultras» en Gerona, a instancias de UNIDOS SI:

• Sant Gregori (CDC, acatando resolución de la Junta Electoral)
• Celrà (CUP, retirada por la fuerza pública y denunciados por desobediencia)
• Sta. Coloma de Farners (ERC, denunciados por desobediencia)

Diversas consideraciones nos han llevado a reclamar la retirada de estos símbolos:

Primero, UNIDOS SI consideramos que los alcaldes deben ser los primeros en cumplir la ley. Si no fuera por la Constitución y la legislación, incluida la ley electoral, ellos no serían alcaldes. Quien ocupa un cargo público de un sistema legal y desde ahí lo subvierte no es otra cosa que un golpista o sedicioso, además de un tramposo que pretende cambiar las reglas del juego sobre la marcha.

Segundo, difícilmente puede reclamar que se cumplan sus decisiones (pago de IBI, IAE, vehículos, ordenanzas y multas de tráfico, expedientes de expropiación, etc.) quien se niega a cumplir el ordenamiento jurídico.

Tercero, por si fuera poco, durante una campaña electoral, los poderes públicos tienen obligación de neutralidad partidista e ideológica, tal como dictan la legislación electoral y el sentido común democrático.

Cuarto, estos símbolos son ofensivos, amedrentadores y excluyentes para una parte de la población, por lo cual debe terminar la monopolización nacionalista del espacio público, especialmente en sus principales baluartes semifeudales.

Finalmente, pero no menos importante, hay que recuperar el significado de «izquierda», merecedora de este nombre, para lo cual debe plantar cara al supremacismo, los privilegios hereditarios y la insolidaridad que son intrínsecos al nacionalismo etnicista.

¡Hoy se puede «reflexionar» más a gusto en las comarcas de Gerona!