El cambio realizable (si iban en serio)

Visto el escrutinio de las elecciones generales del 20-D, en principio parece que la llave de la investidura del nuevo presidente del gobierno y, más en general, de la gobernabilidad la tienen los de siempre: los nacionalistas de Convergència y PNV (con 8 y 6 diputados, respectivamente). Necesitan esa «bisagra» tanto una coalición de «centro-derecha» entre PP y Ciudadanos (C’s) como una reeditada «izquierda plural», empeorada respecto a la de Rodríguez Zapatero, con EH Bildu y una ERC más secesionista que nunca, entre otros aliados.

Ahora bien, esa ya no es la única posibilidad: ya no hay un único San Pedro (secesionista) con las llaves del cielo. Aunque casi nadie lo dice aún, y muchos no querrán ni oírlo, hay una novedad, acaso sorprendente, pero muy esperanzadora para la España más necesitada de políticas sociales y de justicia social: desempleados, enfermos, pensionistas, trabajadores precarios, desahuciados. Lo inédito es una posible combinación «social-reformista», si hubiera altura de miras, responsabilidad y voluntad, conformada entre PSOE, Podemos (P’s) y Ciudadanos (C’s) (véase el Cuadro adjunto).

Con 199 diputados y un 56,6% de los sufragios válidos, hay margen para incluso permitir que se quede fuera un puñado de diputados nacionalistas de En Comú, Compromís y Anova, que forman tres coaliciones electorales territoriales con P’s, si presionan por un referéndum secesionista en Cataluña, el cual es imposible moral, teórica y jurídicamente y, además, nada práctico.

 

Cuadro con posible coaliciones

Cuadro Coaliciones 2015 Corregido

Puesto que las izquierdas (en su terrible fragmentación y diversidad) han logrado más votos que las derechas (49,6% vs. 46,4%), puede verse como la salida más democrática, en términos de votos, que el presidente sea alguien del PSOE, por número de sufragios y escaños, y porque quedaría en posición mediana ideológicamente, tanto en el eje izquierda-derecha (sobre distribución de la riqueza) como en el eje de conflicto territorial, colindando con P’s a un lado y C’s al otro en ambas dimensiones, y cuenta con una mayoría en sufragios del 56,6% al incluir el centro liberal.

Gráfico Voto Grales 2015 e

Si, por consideraciones de táctica partidista, a P’s y C’s no les interesa asumir responsabilidades con ministerios (para no implicarse y no desgastar su imagen de cara a grandes metas del futuro), pueden investir al Presidente y luego negociar ley por ley, en una «geometría parlamentaria variable», como ya se hizo en tiempos de la UCD e, incluso, en las primeras legislaturas de Aznar y Rodríguez Zapatero. De esta suerte, las políticas públicas serían más sensibles socialmente que con Rajoy, un alivio para buena parte de la población.

Frente a maximalismos de unos y ambigüedades de otros, la pelota de la responsabilidad, obligación moral o “decencia”, y altura de miras en aras del bien común, está en el tejado de Podemos y Ciudadanos, mucho antes de lo que sus dirigentes esperaban, y muy lejos de lo que ambicionaban.

Si de verdad Pablo-Manuel Iglesias está preocupado por el bienestar del 30% más empobrecido, deberá tragar esta amarga medicina. Pero él y los suyos también pueden atrincherarse en la crítica constante y la estrategia del «cuanto peor, mejor», dejando en el desamparo material a sus votantes más desesperados cuatro años más — con todos sus días. Fiando todo a tapar con mercadotecnia su complicidad en la continuidad de los más duros recortes sociales y la pérdida de derechos laborales.

Sin embargo, de no colaborar en la formación de un gobierno más sensible socialmente, bien podría achacárseles el «hacer una pinza» con el PP contra el PSOE peor de la que, por mucho menos, se afeó a Anguita en los años 90. Iglesias no debería defraudar a quienes necesitan cambios sustanciales de inmediato.

Por su parte, Albert Rivera tiene el examen donde materializar su talante reformista, democratizador y con conciencia social, pudiendo promover una nueva ley electoral, mayor transparencia e integridad pública, independencia de los jueces, y medidas favorables para los asalariados y autónomos.

Hasta ahora los “emergentes” se han aupado a hermosas promesas no siempre realizables. Llegada la hora de la verdad, por sus hechos les conoceréis.

 

Enric Martínez Herrera

Profesor de CC. Políticas y Sociología afiliado a la Universidad de Cambridge y SG de UNIDOS SI

Publicado en E-Notícies.

2 comentarios en “El cambio realizable (si iban en serio)

  1. ¡Gracias Pedro! Aceptar esta solución requiere ser responsable y razonable, aceptando, guste más o guste menos, que en esta coyuntura histórica dramática, el punto de equilibrio del electorado se sitúa en una alternancia de izquierda moderada, la cual sitúa a un PSOE en la Presidencia (con o sin Sánchez al frente) investido con apoyo de Podemos y Ciudadanos, y legislando asunto por asunto, incluidos presupuestos, tras largas e inclusivas negociaciones y acuerdos entre tres o más fuerzas políticas

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