La afinidad entre Podemos, IU y Otegi – NomásFMI

Es curioso pensar que gente como Santiago Abascal (de Vox), en su reciente carta a Pablo Iglesias, tenga muchas más verdades que decir que despierten mucha más unidad y simpatía que todas las tertulias juntas deÉvole y Otegi. La mayoría estamos de acuerdo con la carta de Abascal, seamos de izquierdas o de derechas.

Los señores de IU y Podemos, cegados (no sólo) por el oportunismo, creen que necesitan “llevarse bien” con los nacionalistas para seguir siendo de izquierdas o incluso para aspirar a más poder político. Sus simpatizantes (o sus círculos de emisión de tuits) han puesto en circulación el cartel adjunto para que veamos que ellos están en contra de ETA.

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Sin embargo, su lenguaje enrevesado propio de socialdemócratas, nos produce rechazo a una buena parte de la izquierda. La izquierda de siempre, los que gritamos en calles y en huelgas, los que tomamos plazas y no tenemos amigos de la ETA.

Otegi estaba en la playa cuando Miguel Angel Blanco fue asesinado. Yo tenía entonces unos veinte años. Recuerdo un fin de semana interminable. Recuerdo a toda España acongojada, con el corazón en vilo, ante la inminente ejecución de alguien a todas luces inocente. Undemócrata de ojos limpios cuya foto ponían sin cesar los medios. Un amigo de Bilbao me contó después que la gente salió ese día a la calle sin sentirse convocados por nada más que su propio sentido común y un rechazo visceral a la práctica del tiro en la nuca.

Los nazis también se iban a la playa o a cenáculos de alta sociedad, mientras sus huestes liquidaban por cientos a los judíos. Los franquistas se jactarían de jugar al dominó mientras Lorca fuera perseguido y asesinado como ochenta años después ETA ejecutó a Miguel Angel Blanco, por pensar diferente.

Pero vamos a las “verdades” que el cartel propagandístico IU+Podemos reza para lavar su buena cara. “No me parece mal que aquellos que justificaban el terrorismo acepten las vías democráticas”. ¿De quién es esta cita de Pablo o de Alberto? Da igual. Los que justifican el terror son cómplices. La izquierda auténtica lucha en plazas y en calles, con sus manos desarmadas, sin amigos de la ETA, hace huelgas, dispara con su voz consignas contra la banca y pinta pancartas por la paz en Siria contra las bombas de la OTAN. No existen vías antidemocráticas para conseguir más democracia. El que considera las vías no democráticas es porque no es un demócrata.

Los que justificaban el terrorismo deben autocriticarse de haberlo hecho y reponer con su cambio de práctica todo el daño que le han hecho a la sociedad. Introduciendo la idea envenenada de que el terrorismo es una respuesta de lucha popular frente a los desmanes del capital. Habrase dicho semejante tropelía. El terrorismo es la práctica de la reacción. Es lo que practicaban ya los Asirios para aterrorizar al resto de pueblos y dominar la antigua Mesopotamia. La lucha de clases de la que reniegan los post-marxistas como Iglesias o Monedero, la lucha de las clases dominantes por imponerse, es la que ha financiado las guerras, las mutilaciones, las bombas a lo largo de la historia. Nunca los pueblos en su lucha por liberarse han dudado entre vías democráticas y vías asesinas. Los oprimidos no son verdugos, son víctimas. Y el palacio de Invierno se tomó sin sangre, con Kerenski ya huido, le pese a quien le pese entre la izquierda prosoviética. La izquierda prosoviética de Breznev, no de Lenin.

¿Es una suerte que ETA forme parte del pasado? Yo no sé si es una suerte o una desgracia que ETA forme parte de ningún capítulo de la historia de España. Lo que sí sé es que ETA no ha desaparecido como por regalo del azar o providencia de los dioses. Ha desaparecido porque la sociedad no tragó con su veneno. Ha desaparecido porque la izquierda valiente dijo que ETA es fascismo. Ha sucumbido porque toda la sociedad española, vasca y de todos los rincones, se unió como un puño para decir “nosotros no somos eso”. Para ETA Euskal Herria es matar a sangre fría.

Voy a estar del lado de las víctimas. Pero nada. Punto. Señores, pero nada. Dice el cartel que las fuerzas del Estado y personajes como Otegi han influido en que ETA sea pasado. ETA será pasado cuando la izquierda comprenda que el fascismo nos es compeltamente ajeno. Cuando personajes como Otegi se avergüencen de haber tolerado el terror entre la población civil. España no le debe a Otegi absolutamente nada. La democracia no le debe a Otegi más que la suerte de haber tenido alguien que sintetizara en una sola imagen la más indolente de las hipocresias y el más inhumano de los cinismos. En el 15M decíamos ¡No nos representan! Lo decíamos pensando también en políticos como Otegi, que mientras veranea en su chalet de Cantabria saca réditos económicos y políticos del terror en Getxo o en Algorta.

Las fuerzas de seguridad del Estado no fueron la Ertzaintza del PNV que hacía la vista gorda ante “los chicos de la gasolina” sino los jueces como Garzón o Grande-Marlaska que buscaron demostrar que izquierda abertzale y ETA eran un mismo entramado operativo. La población vasca y española, mezcladas naturalmente, gritaron que no una y mil veces, lloramos los muertos, enterramos a los padres, consolamos a las viudas. Mientras tanto, los amigos de la ETA y sus cómplices en el Gobierno Vasco se frotaban las manos haciendo cálculos electorales. Expulsaban de Euskadi a demócratas, se aprovechaban del exterminio selectivo de los más valiosos luchadores por la paz y la libertad. Hombres como De la Calle, como Joseba Pagazaurtundúa y tantos otros que podrían haber tenido un gran papel en esta “Segunda Transición” que parecen querer escenificar todos. Pero no podrán porque gente como Otegi prefería aprovecharse de su desaparición física.

Somos de izquierdas. No queremos recortes. No queremos referéndums sobre identidad, sino derecho a decidir sobre la subida salarial generalizada que se podría hacer recortandole los sueldos a banqueros y jerifaltes del Estado. Derecho a decidir sobre Bankia y su nacionalización. Derecho a decidir sobre no pagar la deuda que perversamente nos están cobrando desde Alemania.

Derecho a decidir que en nuestro país el que sea partidario del asesinato selectivo y el terror, lo haya justificado o haya sido cómplice, no tiene derecho ninguno a llamarse demócrata ni desde luego a darnos lecciones de democracia. La democracia se conquistó contra Franco en las calles y contra ETA otra vez en las calles. Sin miedo.

Lectura completaLa verdad sobre el hedor

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