La Junta Electoral de Andalucía (JEA) ha dado luz verde este jueves a la coalición UNIDOS por la Democracia, impulsada por disidentes de Podemos, PSOE, IU y UPyD y formada por personas hartas de una clase política andaluza terriblemente egoísta e incapaz, cuando no corrupta.

Entre los candidatos de UNIDOS por la Democracia  – constituida por los partidos UNIDOS SI y Democracia Efectiva (DEF) – destacan Agustín Pacheti (Granada) y Joaquín García (Sevilla), apoyados por el profesor Enric Martínez, de Unidos Sí, quien lideró una corriente interna en Podemos decididamente antinacionalista y fue expulsado de la formación de Pablo-Manuel Iglesias. Tras su expulsión, Martínez llevó el asunto a los tribunales. Pacheti es conocido por su labor en favor de autónomos y pequeños empresarios mientras García se ha ganado una reputación como impulsor de una asociación de defensa de los desempleados, en una de las regiones más damnificadas por este problema.

UNIDOS por la Democracia tiene como prioridad el “rescate de las personas”, impulso de la economía, integridad pública contra la corrupción, plena financiación y auditoría con efectos penales de la sanidad pública, plena integración social y económica de la diversidad funcional y cultural, una democracia más participativa, con mucha más decisión directa de los ciudadanos al estilo suizo, y recuperar la unidad y solidaridad del país oponiéndose a privilegios de las oligarquías locales y sus redes clientelares.

SOLIDARIDAD NACIONAL Y VOCACIÓN IBÉRICA

UNIDOS SI se define como “izquierda sin nacionalismo, por la igualdad de oportunidades y la justicia social”, y sostiene que “la soberanía popular es un legado histórico fundamental e irrenunciable que debe ejercerse, puede ampliarse, nunca trocearse”. Por su parte, Democracia Efectiva (DEF) tiene por principal meta que las leyes elaboradas en el Parlamento se ratifiquen en refrendos populares.

Frente a tendencias al “sálvese quien pueda” en España, especialmente en Cataluña y País Vasco, esta coalición apuesta, decididamente, por acrecentar la unidad y la cohesión dentro de España y una mayor integración política, económica y social, de mutuo acuerdo, entre España y Portugal. Consideran que esta mayor integración peninsular traería grandes oportunidades económicas y, por tanto, de empleo y cohesión social para ambos países, pero especialmente a regiones limítrofes como Andalucía.